Consejos de seguridad: el esquí
Volar, sin hacer ningún esfuerzo, mientras bajas por una pista nevada, notando el viento en la cara y disfrutando del precioso paisaje montañoso: ¡esquiar es una maravilla! Es un deporte que puedes aprender desde muy pequeño, seguir practicándolo durante el resto de tu vida y, además, te puede llevar a algunos de los lugares más espectaculares de la Tierra.
Pero el esquí también se asocia a algunos riesgos muy reales, desde las congelaciones y las quemaduras solares hasta las lesiones de rodilla y los golpes en la cabeza. Sigue estos consejos de seguridad para aprender a estar seguro en las pistas.
¿Por qué es importante la seguridad en el esquí?
El esquí implica bajar montañas a gran velocidad entre esquiadores, obstáculos naturales y otros fabricados por el hombre. Las caídas, algunas de ellas espectaculares, seguramente ocurran, independientemente de tu nivel de esquí, y los choques son relativamente frecuentes.
Asimismo, puesto que el esquí se practica a gran altitud y en invierno, las condiciones meteorológicas pueden variar de soleado y despejado a un frío extremo, y el tiempo puede cambiar rápidamente de una vertiente a otra y de una hora a otra.
En el código de seguridad del esquiador, impreso prácticamente en todos los boletos para las telesillas y colgado en numerosos lugares de las estaciones de esquí, se enumeran algunos de los "peligros y riesgos propios del esquí: cambios en las condiciones meteorológicas; condición de la nieve y cambios en la misma; zonas peladas o sin nieve, rocas, tocones y árboles; choques contra objetos naturales y fabricados por el hombre y/o contra otros esquiadores; variaciones en el terreno; esquiadores que no esquían de acuerdo con sus facultades". Esta es una evaluación bastante acertada de algunos de los peligros con que te encontrarás cuando esquíes.
Ir bien equipado
Antes de lanzarte a las pistas de esquí, es muy importante que cuentes con el equipo adecuado y que sepas utilizarlo. Aparte de los esquís, las botas y los bastones, también necesitarás ropa abrigada, protectores oculares y un casco diseñado específicamente para el esquí o el snowboard (esquí sobre tabla).
He aquí una lista del equipo que deberías llevar cada vez que esquíes:
- Esquís. Por norma general, cuanto más largos son los esquís,
más rápidos van y más cuesta controlarlos. Asegúrate de comprar o alquilar esquís
que sean apropiados para tu estatura y tu nivel de esquí y deja que te los ajuste
y gradúe un profesional experimentado en una tienda o taller de esquí.
- Fijaciones. Debería graduarlas un profesional experimentado de
una tienda o taller de esquí. Es muy importante que las fijaciones se suelten en caso
de caída para evitar posibles lesiones en las piernas. De todos modos, las fijaciones
que se sueltan con excesiva facilidad pueden provocar caídas por sí mismas.
- Botas. Como punto de contacto con los esquís, las botas son una
parte vital del equipo. Asegúrate de adquirir unas botas que sean de tu número para
mantener los pies bien cómodos y calientes y controlar bien los esquís. Las botas
siempre deben abrocharse y ajustarse bien para proporcionar a los pies y los tobillos
la sujeción necesaria.
- Bastones. Siempre deberían ser de la longitud adecuada y disponer
de unas correas que se colocan alrededor de las muñecas. Para comprobar si los bastones
tienen la longitud adecuada, pon uno del revés, con el extremo de la empuñadura apoyado
en el suelo, y agárralo por la punta, con la mano apoyada en la arandela de plástico.
Si el bastón es de tu talla, tu codo debería formar un ángulo recto.
- Casco. Como ocurre en muchos deportes, el casco es la principal
parte del equipo para evitar lesiones de riesgo vital. Deberías llevar uno siempre
que esquíes. Adquiere un casco que sea de tu talla y asegúrate de que llevas abrochada
la correa del mentón para que el casco no se te mueva. Asimismo, asegúrate de adquirir
un casco específico para el esquí (no sirven los cascos de rugby ni los de ciclista)
que dispone de más espacio para las máscaras de esquí y para la ventilación en los
días más cálidos.
- Anteojos de sol y máscaras de esquí. Los rayos del sol son considerablemente
más fuertes en las zonas de mayor altitud que a nivel del mar y, al rebotar en la
superficie blanca de la nieve, pueden ser una grave amenaza para la vista. Los anteojos
de sol son la mejor forma de proteger los ojos de los rayos solares, pero también
deberías llevar encima una máscara de esquí de tu talla por si hiciera frío y se pusiera
a nevar. Estas máscaras también protegen mejor los ojos contra ramas y otros obstáculos.
- Guantes o manoplas. Los guantes de esquí te deben permitir mover libremente los dedos para que puedas agarrar bien los bastones, pero la principal función de los guantes es mantener los dedos bien calientes. Muchos guantes disponen de bolsillos para calentadores de manos. No obstante, si te preocupa que se te enfríen las manos, es una buena idea que lleves manoplas porque resguardan más del frío que los guantes.
Abrígate bien
Como te podrá contar cualquiera que haya esquiado en un día frío, no es nada divertido no llevar suficiente ropa de abrigo encima. Asimismo, en los días cálidos llevar demasiada ropa de abrigo puede hacerte sudar, lo que te hará tomar frío cuando el sol se oculte tras las nubes o las montañas. La mejor forma de enfrentar estas situaciones es vestirte con múltiples capas que te podrás quitar y/o poner en función de la temperatura.
He aquí un resumen del tipo de ropa que deberías llevar cuando esquíes para evitar la hipotermia y las congelaciones:
- Ropa interior térmica. Como con toda la ropa de esquí, la ropa
interior debe ser de lana o de un tejido sintético, como el polipropileno, nunca de
algodón, que permanece húmedo y se enfría al humedecerse. Los calzoncillos largos
deben ir bien ajustados a la piel para formar una capa cálida que será la base sobre
la cual se podrán acoplar con facilidad las demás capas.
- Calcetines térmicos. En lo que relativo a los calcetines, el
grosor no es necesariamente lo mejor. Un calcetín demasiado grueso hará que las botas
te aprieten más y experimentarás incomodidad y frío en los pies. Elige calcetines
del grosor adecuado para tus botas y súbetelos hasta debajo de la rodilla.
- Capas intermedias. Los suéteres de lana o los polares fabricados
con tejidos sintéticos son los mejores. Intenta llevar unos que no sean muy gruesos
para que te quepan bien debajo de la chaqueta.
- Pantalones de esquí. Deberían ser de la talla adecuada y permitirte
mover las piernas libremente. Asegúrate de llevar unos pantalones a prueba del viento
y completamente impermeables.
- Chaqueta. Las mejores chaquetas tienen multitud de bolsillos
para guardar cosas. Mucha gente prefiere utilizar chaquetas de pluma, que suelen ser
muy abrigadas, pero los abrigos finos con muchas capas intermedias funcionan igual
de bien. Como con los pantalones de esquí, las chaquetas deben proteger contra los
elementos, ser a prueba del viento y completamente impermeables.
- Abrigo para el cuello. En los días muy fríos, tendrás que llevar
un abrigo que te cubra el cuello y que puedas estirar para taparte la cara. Los mejores
son los pasamontañas, que tapan la cabeza y se llevan debajo del casco.
- Gorro. Recuerda que se pierde mucho calor por la parte superior de la cabeza. Por lo tanto, mantener caliente la cabeza es el primer paso para mantener caliente el resto del cuerpo. Cuando no lleves casco, un gorro te mantendrá bien caliente la cabeza.
Artículos complementarios
Aparte del equipo de esquí y las piezas de ropa previamente mencionadas, otros artículos que te podría interesar llevar encima cuando esquíes son los siguientes:
- Calentadores de manos. Son bastante baratos, están disponibles
en casi todas las tiendas de esquí y ayudan a mantener los dedos de las manos calientes
durante horas.
- Calentadores de botas. Funcionan con pilas y son estupendos para
mantener calientes los dedos de los pies; se pueden instalar rápidamente en la mayoría
de las tiendas de esquí.
- Walkie-talkies. Son magníficos para mantenerse en contacto con
la familia o los amigos si van a seguir pistas o trayectos diferentes de los tuyos
y, si te perdieras, los walkies-talkies facilitarían enormemente tu localización.
- Crema de protección solar. Incluso en los días nublados es posible
que te hagas quemaduras importantes en la piel mientras esquías. Si vas a estar en
el exterior durante cualquier período de tiempo, ponte crema de protección solar sobre
la piel que vayas a exponer al sol.
- Bálsamo de labios. Protégete los labios del sol y del viento
utilizando un bálsamo de labios con FPS.
- Agua y comida. Aunque podría parecer que la fuerza de gravedad está haciendo todo el trabajo, el esquí es una actividad realmente agotadora. Es fácil cansarse y deshidratarse, sobre todo a gran altitud, por lo que es una buena idea llevar siempre agua encima, así como un tentempié rápido para obtener energía cuando notes que te empiezas a cansar.
Antes de dar tus primeros giros
Una de las formas más eficaces de prevenir las lesiones de esquí es asegurarte de que estás en buena forma antes de subir a las pistas. Unos músculos más fuertes no solo te ayudarán a mantener el control, también harán del esquí algo mucho más divertido. Si sabes que vas a esquiar en invierno, asegúrate de hacer ejercicio regularmente en verano y otoño. Estarás contento de haberlo hecho. Y acuérdate siempre de hacer ejercicios de precalentamiento y estiramientos antes de empezar a esquiar.
Cuando llegues a la estación de esquí, si no has esquiado nunca (o aunque ya lo hayas probado antes), apúntate a clases de esquí. Ni siquiera los mejores atletas del mundo saben esquiar solos la primera vez. La mejor forma de aprender es contratando a un instructor titulado por la Professional Ski Instructors of America (PSIA - Instructores de Esquí Profesional de América). Las clases particulares ofrecen la oportunidad de recibir un trato más individualizado, pero las clases grupales, mucho más baratas, funcionan muy bien y son una buena oportunidad para hacer nuevos amigos.
Sé inteligente en las pistas
Ya te has puesto en forma, dispones del equipo adecuado y de la ropa pertinente y has hecho algunas clases de esquí. ¡Felicitaciones! Ya estás preparado para esquiar por tu cuenta.
De todos modos, todavía hay algunas cosas importantes que deberías recordar para esquiar de una forma segura:
- Esquía siempre con un amigo. Por muy bien que esquíes, siempre
es posible que sufras una mala caída y no puedas seguir esquiando. Tener un amigo
que pueda asistirte y, en caso necesario, llamar a los pisteros o a la patrulla de
esquí, es mucho más seguro que esquiar solo.
- Conoce tus propios límites. Sé honesto contigo mismo en lo que
se refiere a tu nivel de esquí y conoce tus limitaciones. Si eres principiante, céntrate
en las pistas para principiantes hasta que te sientas lo bastante cómodo como para
esquiar con seguridad en pistas con más pendiente. La mayoría de las pistas y los
circuitos de esquí están marcados claramente con círculos verdes (nivel de principiantes),
cuadrados azules (nivel intermedio) o rombos negros (nivel avanzado). Si un trayecto
está marcado como de solo para expertos, significa exactamente eso. Esquiar en un
terreno que supera tus facultades no solo no es divertido: es una buena forma de hacerte
daño.
- Sigue las normas. Nunca te salgas de las pistas ni esquíes en
áreas o pistas cerradas. Esas áreas están prohibidas por algún motivo. No están vigiladas
por las patrullas de esquí y suelen implicar riesgos a los que no te interesa exponerte.
Asimismo, asegúrate de prestar atención a cualquier señal de aviso que veas. Si lees:
"Área de circulación lenta", deberás reducir la velocidad para evitar a otros esquiadores.
Si lees: "Acantilado", deberás cambiar de dirección o detenerte antes de llegar al
borde del mismo.
- Practica un esquí educado. Recuerda que los esquiadores que van
delante de ti o que ya están esquiando en una pista tienen prioridad de paso sobre
ti. Tú los puedes ver, pero ellos probablemente no te pueden ver a ti. No te pares
nunca en medio de una pista o trayecto o en cualquier sitio desde donde no te puedan
ver desde arriba, como tras un cambio de rasante. Mira hacia arriba para asegurarte
de que no está viniendo nadie hacia ti antes de iniciar el descenso o de unirte a
otra pista. Si pasas junto a otro esquiador en un paso o camino estrecho, anuncia
en voz alta "A tu derecha" o "A tu izquierda" para indicarles que te acercas por detrás.
- Disfruta. Esquiar es divertido. Divertidísimo. Y, aunque implique ciertos riesgos, eso no te debería impedir pasártelo en grande en las pistas. ¡O sea que busca a un buen amigo y disfruta de las pistas!