¿Quién se puede beneficiar de una operación de pérdida de peso?
¿Quién se puede beneficiar de una operación de pérdida de peso?
La cirugía de pérdida de peso funciona, pero se trata de una operación importante. Los médicos solo la suelen recomendar para la gente que tiene mucho sobrepeso y que debe afrontar importantes problemas médicos porque no puede perder peso de otra forma.
La gente que se somete a este tipo de operación, también conocida como cirugía bariátrica, se tiene que preparar para la operación, y también tiene que hacer muchas cosas después de operarse. Los pacientes han de afrontar el período de recuperación y aprender a adaptarse a una forma completamente nueva de comer y de vivir. Puede ser duro y difícil. No todo el mundo está preparado para ello.
Los médicos solo hacen esta operación cuando están seguros de que los pacientes se esforzarán en mantenerse sanos durante el resto de la vida.
¿Qué hace a una persona un buen candidato a este tipo de operación?
Determinar si una persona es un buen candidato para someterse a una operación de pérdida de peso es una decisión importante. En esta decisión participa mucha gente: pacientes, la familia del paciente, médicos, nutricionistas y psicólogos.
Un adolescente solo se puede beneficiar de este tipo de operación si:
- Ya ha pasado la pubertad.
- Tiene un índice de masa corporal (IMC) de 35 o superior,
así como problemas médicos graves provocados por el exceso de peso,
como la diabetes o la apnea del sueño.
- Tiene un IMC de 40 o superior y problemas médicos de menor gravedad.
De todos modos, el peso y la edad solo son una parte de los factores que se deben tener en cuenta. Antes que decidir que una persona debe someterse a este tipo de operación, los médicos se fijan en muchas otras cosas:
- ¿Está el paciente lo bastante sano como
para someterse a la operación? Algunas personas con sobrepeso tienen
problemas de salud que hacen que la operación sea demasiado peligrosa. Los
médicos suelen trabajar con el paciente para mejorar su salud durante las semanas
previas a la operación. Esto puede reducir los riesgos y hacer que la operación
sea más eficaz.
- ¿Es el paciente lo bastante maduro desde el
punto de vista emocional para someterse a la operación? La operación
tiene sus riegos, supone un largo periodo de recuperación y, a veces, se asocia
a graves complicaciones. Los pacientes deben estar preparados para afrontar todas
estas cosas.
- ¿Sabe el paciente todo lo que implica la operación?
La operación solo es un paso en el proceso de pérdida de peso. Lo que
ocurre después de la operación puede ser incluso más importante
que la operación en sí misma.
- ¿El paciente se toma en serio la necesidad
de cambiar a una nueva forma de comer y de vivir después de la operación?
La gente que se somete a una operación de pérdida de peso no puede volver
a su vieja forma de vida. Necesita seguir una dieta y un programa de ejercicio físico
cada día, tomar medicamentos y vitaminas y acudir a todas sus visitas médicas.
Si el paciente no es capaz de hacer todas estas cosas, la operación, considerada
de forma aislada, puede no ser suficiente para perder el peso necesario.
- ¿La familia del paciente hará la parte que le toca para que la operación sea un éxito? Puede ser muy difícil mantener una nueva dieta, acudir a todas las visitas médicas y comer menos cantidad si no se cuenta con la ayuda de la familia. Los pacientes deben contar con una familia que les dé el apoyo práctico y emocional que necesitan.
Tomar la decisión
Toda persona que se plantea la posibilidad de someterse a una operación de pérdida de peso debe tener varias reuniones con médicos y psicólogos para decidir si esta operación es o no la mejor opción. A veces, los médicos no creen que la persona esté preparada. Otras veces, es el paciente y su familia quienes creen que no lo están.
Después de informarse bien sobre la cirugía de pérdida de peso, algunas personas prefieren probar las opciones tradicionales para perder peso, como comer mejor y hacer más ejercicio físico.
La cirugía de pérdida de peso no es para todo el mundo. Pero puede merecer la pena el esfuerzo para aquellas personas cuya salud está gravemente afectada por la obesidad y que, además, están dispuestas a hacer un cambio a una nueva forma de vida.